En mayo de 2022 aparecieron en los periódicos noticias sobre una multa impuesta a Glencore por el Departamento de Justicia Estadounidense.
Pese a todas las políticas anti-soborno y anti-corrupción recogidas en su Código de Conducta, Glencore fue acusada y declarada culpable de una serie de pagos corruptos a funcionarios de los gobiernos en distintos países donde opera, que se realizaron durante largos periodos de tiempo y a través de intermediarios. El Departamento de Justicia de EE.UU. abrió dos investigaciones en contra de la compañía, pero afirma que Glencore cooperó en las investigaciones.
Por su parte, Glencore lanzó un comunicado declarándose culpable de los cargos, así como Gary Nagle afirmó que la compañía ha tomado medidas contra los involucrados y otras preventivas para evitar futuros sucesos, porque "este tipo de comportamiento no tiene cabida en Glencore".
Con todo, la multinacional suiza a accedido a pagar 1.000 millones de dólares de multa, repartidos entre el Departamento de Justicia Estadounidense, Brasil y Reino Unido, para poner fin a las investigaciones.
Sin embargo, uno de los medios de comunicación que redactan la noticia ha añadido una cita que, supuestamente, expresó el propio Dpto. de Justicia en un comunicado, alegando que Glencore no había colaborado tanto como se decía, sino que se había demorado en la entrega de pruebas y que no mostraba un compromiso consistente.
Esta crisis, pese a no ser la primera en la que Glencore se ve involucrada, ha tenido un impacto en la reputación de la empresa, si bien es verdad que ésta actuó de manera rápida para intentar paliar la crisis reputacional: tanto el comunicado donde se declaraban culpables, como su cooperación en las investigaciones y predisposición a pagar las multas, sin ninguna señal de resistencia, como las palabras del CEO Gary Nagle, que expresaron de forma contundente la respuesta de la empresa ante los comportamientos.
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